Calificación de un ser ignaro en cuanto a cine: ☻☻☻☻☻☻☻☻☻☻ (5/10)
Esta tercera entrega es meramente farsa comercial, no tiene nada que ver con las dos anteriores. Obvio, cambió de director. Aquí, Martin Frank, el que todo transporta, se había cansado de repetir que trabaja sin excepciones a sus tres reglas: no preguntar el motivo del transporte, no preguntar nombres y no abrir los paquetes. Bueno, la película empieza cuando un grupo mafioso lo obliga a llevar a una ucraniana con unas bolsas hasta Budapest. A los 15 minutos Frank ya había abierto, revisado, leído y cerrado los paquetes, le había preguntado el nombre, apellido y apodo a todo el mundo, y estaba desesperado por saber la razón de todo. Es más, Frank hackea una base de datos del FBi con un ipod, un genio. Es más, el ingenioso ser es capaz de mandar por correo la información obtenida usando el estereo del auto. Me hizo acordar al programa de los 2000’s “Carlos Calvo, el hacker”.En esta peli se perdió la magia de la acción fantástica y absurda de las dos anteriores. Esta es mas lenta y aburrida. Las luchas fantasmales continúan. El transportista vence a unos 20 gángsters armados como para ir a una guerra, en esta ocasión solamente usando su corbata y su camisa. La ucraniana lo ve sin camisa, toma una pastilla de éxtasis que había traído desde Ibiza, junto con una botella de Vodka (no era que te morís si hacés eso?) y se enamora del fornido hombre sin cabello. Durante 20 minutos hablan de las comidas que van a comer cuando se salven. Finalmente se salvan, pero en lugar de ir al restaurante se van a pescar. Fin.
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